Al encuentro con la frescura y la improvisación
Una versión del texto escrito por el guatemalteco Manuel José Arce sirvió de base para el despegue de la creación escénica del Teatro Experimental Universitario La Merced (TEUM) en el año de 1972. Por esa época, el grupo se “aventó” hacia una audaz aventura hasta ese entonces inédita, al menos en Honduras: la toma, sin pedir permiso de un antiguo inmueble situado en el centro histórico de la ciudad y en el que anteriormente se había alojado un convento (La Merced) y un centro universitario.
El local tomado originalmente por “los cómicos” de inmediato se convirtió en un centro de creación artística y agitación social y a él gradualmente fueron convergiendo creadores de toda catadura y “calaña”. Abierto a todas las ideas, creencias, colores, razas y estamentos sociales, los locales del TEUM albergaron a poetas, escritores, artistas plásticos, danzantes, teóricos, investigadores sociales, críticos y hasta alguno que otro desocupado sediento no solo de etílicos placeres sino de sana rebeldía y creatividad. Se trataba en esta apuesta generacional de encontrarle un diferente rumbo a los lenguajes y en este sentido varios de ellos y ellas supieron andar en el camino que les conduciría hacia el encuentro de su propia forma. Se dice que esta generación de artistas, conocida como la de “La Merced”, estableció un deslinde en la historia cultural del país.
Este mismo hecho, el de posesionarse de un bien público para desplegar una actividad artística, marcaba en cierta medida lo que habría de distinguir a las creaciones del grupo durante los seis años de su actividad: compromiso social consecuente pero escenificado con formas gozosas e irreverentes en donde la experimentación hacía ley. En el TEUM se “jugaba” de tal manera sobre la escena que en ocasiones al público le parecía que lo que estaban presenciando era solamente una improvisación, lo que no era tal, puesto que para arribar a ese “estado de gracia” se necesitaron algunas veces hasta ocho meses de preparación. Se buscó, en este y en los otros montajes que se sucederían después, que el trabajo actoral fluyera de tal forma que para el sentir del espectador la actuación diera la impresión que se abordaba de manera “natural” o “al natural”.
En esa perspectiva se impuso desde los inicios que los esfuerzos que la técnica demanda (y fue mucho lo que se trabajaba en ella) no se hiciesen tan evidente para hacer resaltar más bien una especie de frescura, la cual, a mi criterio, mucha falta le hacia no sólo a nuestro teatro sino a muchos otros que había podido presenciar en otras latitudes. Salir del almidonamiento y de la afectación verbal tan frecuentes en las escenas de entonces fue uno de los objetivos prioritarios del lenguaje formal que con afán nos propusimos encontrar.
BREVE RESEÑA DEL TEUM.
El TEUM, como grupo nació en octubre del ' 73. Por esa época se trabajo en la adaptación y realización de una pieza de Moliere, (•) cuya versión al hondureño fue bautizada con el nombre de “Don Anselmo”.
La necesidad misma nos hizo surgir. Las condiciones históricas del país, exigían de nosotros la búsqueda de un teatro que se nutriese preferentemente de la realidad nacional. Se hacía necesaria la búsqueda de formas artísticas nuevas, que se adecuarán a los nuevos objetivos.
Nuestro afán de hacer teatro es sustentado por un claro objetivo: rescatar por medio del teatro, y dentro de las limitaciones que este comporta, las formas de nuestra auténtica cultura nacional. Sobre este punto, creemos que la única salida válida, que pueda ayudarnos a romper con nuestra deformación y alineación cultural, es la de adentrarnos totalmente en la cultura popular.
Estamos seguros que ninguna fórmula “mágica”, venida de afuera podrá sacarnos de la terrible deformación y alineación que lleva implícito el subdesarrollo. Esto, que es cierto para la cultura, lo es asimismo para la economía, la política y cualquier forma de manifestación social o individual.
Partiendo de esas premisas, la lucha y la orientación de nuestro trabajo, en el momento actual, se encamina sobre los siguientes aspectos:
1.- Capturar un público, cuyos hábitos teatrales están deformados o son completamente inexistentes.
2.- Una búsqueda fanática y ardorosa de lo nuestro.
3.- Lucha frontal, contra las aparentes innovaciones que, a nivel cultural, trae consigo el neocolonialismo.
En marzo de 1974, se dio inicio a los cursos de la escuela del T.E.U.M. Recibimos en esa oportunidad una considerable cantidad de alumnos venidos de todos los sectores sociales (…)
El TEUM en representación de la Universidad se vinculó a la celebración de la Quincena Franco-Hondureña (Febrero-marzo ‘74), trabajando en 4 trozos de obras clásicas de Moliere: “Don Juan", "El avaro”, “El medico a palos” y “El Burgués gentilhombre”, las presentaciones tuvieron lugar en los locales de la Alianza Francesa de Tegucigalpa y San Pedro Sula.
En el mes de julio, recibimos invitación para participar en el V festival de Teatro Latinoamericano, celebrado en la ciudad de México. El TEUM se presentó en las salas de los teatros “Jorge Negrete” y “Comonfort” de la misma ciudad. Posteriormente realizamos presentaciones en el Estado de Veracruz.
De México, se nos invitó a Guatemala. En este país, nos presentamos en la Casa de la “Cultura de Quetzaltenango” y en el Teatro de la Universidad Popular de la Capital del hermano país, tanto en México como en Guatemala el grupo fue elogiosamente recibido por el público y la crítica.
En nuestro país el TEUM, ha trabajado en Tegucigalpa, San Pedro Sula, Olanchito y Amapala y en los próximos meses se tienen proyectadas presentaciones en Danlí, Sta. Barbara, Ceiba, Trujillo y asentamientos campesinos.
“Sebastián Sale de Compras”, unas de las obras de nuestro repertorio, ha logrado hasta el momento (5 de noviembre) 38 presentaciones, con la posibilidad de llegar a fines de mes la 50ava. presentación, lo que significa un récord no solo en Honduras, sino en Centroamérica. Por otra parte, “Don Anselmo” al final de la presente temporada cumplirá su 25ava. salida al público.
Tomado del programa elaborado para las presentaciones de 1975.
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