Por Juan Miguel de Mora
Una
grata sorpresa fue, en el Encuentro de Teatro Latinoamericano,
la presentación del Teatro Experimental Universitario
La Merced, de Tegucigalpa, Honduras, con la obra "Sebastián
sale de compras", del autor guatemalteco Manuel José
Arce. Como se sabe este encuentro se realiza paralelamente
al Quinto Festival de Teatro chicano, en los teatros Jorge
Negrete y Comonfort.
"Sebastián
sale de compras" es una farsa muy actual en la que
se describe la situación económica y social
del pueblo de Centroamérica (en general de América
Latina) que representa ese alegórico "Sebastián".
Para hacer de ese tema una farsa, el autor ha observado
cuidadosamente los ángulos cómicos de los
diversos aspectos de la vida, los ha subrayado y los ha
convertido en valores teatrales. No hay exceso en el tono
de la farsa, no hay falta, la pieza es definitivamente
buena en su género, satirizando a los elementos
negativos.
Rafael
Murillo, director de este grupo, ha sabido poner en escena
la obra de Manuel José Arce con gran talento, logrando
así, de hecho, una venturosa participación
centroamericana en el festival, que enaltece tanto a Honduras
como a Guatemala. Montar una farsa y hacerlo bien es una
de las cosas más difíciles de lograr en
teatro: es muchísimo más fácil y
sencillo poner dramas y, más fácil aún,
melodramas. La farsa requiere conocimientos teatrales,
sutileza artística y un gran sentido de la medida
para no caer en el más burdo astracán. Rafael
Murillo y sus actores lograron todo eso y nos entregaron
una farsa pura, exacta, precisa y merecedora de los entusiastas
aplausos que le dio el público.
Pero
para lograr eso, se hizo necesario que los actores fuesen
fieles intérpretes de las instrucciones del director.
Según parece se trata de actores noveles y en ese
caso cabe afirmar que la frescura, la espontaneidad y
la naturalidad que lograron fue el factor determinante
de la calidad de la representación.
Eduardo
Bähr, en el papel de "Sebastián", logra
una creación. Toda la mansedumbre, toda la sumisión,
toda la confusión y después el entusiasmo,
la ilusión o la desesperanza del personaje, son
proyectados magníficamente por este actor, de un
modo excelente. Ricardo Licona, en el “Mister”,es
otro de los artífices del éxito hondureño
con su muy buena interpretación del personaje en
sus múltiples facetas. Martita Hernández
es igualmente una actriz de brillo, con agilidad escénica,
proyección, gracia y soltura. Los tres mencionados
y Rafael Murillo (que muestra ser tan buen actor como
director) llevan el peso de la obra, pero hay que reconocer
que les secundan con calidad y eficacia, todos bien en
sus respectivos desempeños, Saúl Toro, Guadalupe
Reyes, Jorge Hernández, Roberto Silva, Reity Vallejo,
Tulio Galeas, Ismael Alvarado, Manuel Luna y Sara Flores.
Para
ser sinceros nunca pensamos que se hiciera en Honduras
un teatro de la calidad del que aquí reseñamos,
y pensamos que esto se debe en buena parte a esa frescura
y espontaneidad de actores sin pretensiones de vanidad
ni vicios escénicos. El teatro es un arte que requiere
entrega, voluntad, espíritu de sacrificio y modestia.
“Sebastián sale de compras” es una
representación teatral que, en su género,
logra el mismo nivel que podría hacerse en cualquier
parte del mundo y en muchos casos mejor. En México
hemos visto a muchos directores naufragar en el intento
de lograr una farsa bien puesta en escena (sobre todo
a nivel profesional) mientras que el Teatro Experimental
Universitario La Merced, de Tegucigalpa, dá una
brillante demostración de calidad.
* "El
Heraldo de México", 8 de Julio de 1974
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