CREO QUE NADIE ES CAPAZ DE MENTIR O EL CASO RICCY MABEL

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UNA VERDAD QUE DABA MIEDO (nota al programa)


De Allan Macdonald (1996)


                             INTRODUCCIÓN
                                                                                                    
Oleo de Felipe Buchard
En una oportunidad visitando al Doctor Ramón Custodio en sus oficinas del “Comité Hondureño para los Derechos Humanos en Honduras” y al encontrarme en la antesala tome de la mesa un pequeño folleto que de inmediato, al leerlo, captó mi atención. Se trataba de un resumen que relataba los momentos significativos ocurridos durante el proceso seguido en el caso de la violación  y asesinato  de una colegiala de 16 años llamada Riccy Mabel. El folleto en forma apretada, escueta, casi cablegráfica, paso a paso, daba cuenta de los hechos; resoluciones de jueces judiciales, declaraciones de políticos, militares, testigos, diplomáticos, maestros, amigas, amigos y familiares de la víctima. Hechos y acontecimientos que ya hilvanados se convertían en una especie de radiografía en la que se observaba el alto nivel de envilecimiento que mostraban ciertos sectores vinculados a la administración de justicia y al poder político-militar. 


El caso de Riccy Mabel tal como se estaba abordando en las altas esferas nos revelaba la imagen de un poder sencillo en apariencia, pero que anidaba en su fondo la astucia criminal, el cinismo y la brutalidad. Cuándo me encontré con el presidente del CODEH comente que lo que acababa de leer daba base para hacer una obra de cine o una pieza teatral a lo cual él rápidamente señalo ¿y porque no lo hacemos?. Fue así como nació la idea de montar y escribir una obra teatral relacionada con el caso de la normalista. Por mi parte, en ese entonces no trabajaba con ningún grupo urbano ya que el “Rascaniguas”  se había disuelto (muchos de ellos y ellas viajarían al exterior) y pasaba la mayor parte del tiempo en la aldea de Guadalupe manteniendo viva la obra “Loubavagu o el otro lado lejano“. De tal forma que los pasos iníciales consistieron en tratar de encontrar un grupo dispuesto a entrarle a la propuesta. En tal sentido se intentó con grupos ya formados los cuales al cabo de cierto tiempo de reuniones y ensayos desistían, motivados, quizás, por el temor a eventuales represalias de las esferas del poder. El caso más frustrante de estas iniciativas fue el ocurrido con un grupo formado en la comunidad de San Juancito con quien se trabajó durante meses hasta culminar con la presentación de un ensayo general en los locales del CODEH en Tegucigalpa.


Para este evento se invitó a los parientes de las actrices y actores quienes por primera vez presenciarían lo que sus hijas e hijos hacían con “tanto ensayo”. Al terminar la presentación muy cortésmente los familiares decidieron retirar el permiso que habían concedido para que las y los jóvenes trabajaran en la obra. De esta forma el estreno, previsto para algunas semanas después y ya por ese entonces suficientemente publicitado, no pudo efectuarse. La decepción frente a este cuarto intento fue tal que decidí abandonar el proyecto el cual me había devorado por  entonces más de siete meses de trabajo no remunerado. En estas me encontraba hasta que un día recibí una llamada del Presidente del sindicato de trabajadores del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) por la cual se me invitaba a ofrecer clases de arte dramático a las hijas e hijos de las y los empleados de la institución. Fue así como me encontré frente a un grupo conformado en su mayoría por adolescentes y desde ese momento sentí que esta era la ocasión que permitiría intentar un nuevo montaje n. De inmediato propuse el proyecto el cual fue aceptado sin reservas, lo  que derivo en el surgimiento del grupo teatral “EL MANCHEN” con el cual se dio inicio a un trabajo escénico que nos tomaría mucho más de un año.  Lo escrito y hecho hasta ese entonces se desestimó para empezar de nuevo.

La forma de elaborar este espectáculo contendría matices bastantes diferentes a las empleados en trabajos anteriores. En este caso no era en una comunidad rural que se trabajaba sino con habitantes adolescentes de un barrio popular de la ciudad. El objetivo, por lo demás, no consistía en evidenciar un hecho histórico relatado por el mismo pueblo como en “El bolívar descalzo”, ni la de hacer emerger una cultura hasta entonces invisibilizada como en el caso de Loubavagu. En este se trataba de aspectos que tocaban cruda y directamente con la vida institucional del país sobre toda  la relacionada con el poder judicial. Era, pues, un material árido el cual aparentemente daba poco pie para que pudiese convertirse en una obra escénica. Sin embargo, con la convicción que todo lo que concierne al ser humano atañe también al arte y que no hay materia por más seca que sea que no pueda ser expresada a través de signos  creativos, nos lanzamos al empeño de transformar ese material documental en un hecho artístico. Las presentaciones de la obra (200 en el país) sacudieron a la opinión pública, los llenos en las salas de más de una veintena de ciudades fueron completos y de una u otra forma bien podría aceptarse que la narración ayudo a revelar las marañas institucionales que hacían confundir y tergiversar los hechos. Esto último solo pudo obtenerse por la decidida participación de los miembros del grupo que al lado de sus familiares, sindicalistas (del PANI) y del doctor Ramón Custodio López supieron encontrar la decisión y el ánimo para enfrentarse y exponer sobre la escena una verdad que daba miedo.


EL CASO RICCY MABEL (nota al programa)

En el mes de julio de 1991, la sociedad hondureña fue sacudida por un crimen perpetrado contra una joven estudiante de magisterio. Las características del hecho horrorizaron a numerosos  sectores sociales  y generaron una movilización popular nunca antes presenciada. Por primera vez,  la población mostro su repudio ante la impunidad, exigiendo la aplicación de la justicia, lo que derivó en un enfrentamiento ente el poder civil y el poder militar. “Creo que nadie es capaz de mentir o el caso  Riccy Mabel” pretende ser, en parte, un testimonio de los hechos, por lo que para la armazón de muchos segmentos de su estructura dramática se acudió a las fuentes informativas y en especial a la de los medios escritos. En este sentido nos ajustamos estrictamente a lo conocido e informado y en ocasiones no se quiso siquiera modificar la forma  de los textos judiciales. Se trató, por otro lado, de no juzgar a priori ni tomar partido, ni culpabilizar,  ni absolver.  Preferimos más bien que los hechos hablaran por sí mismos. En otro orden de cosas, algunos segmentos de la obra se inspiraron en entrevistas personales realizadas a los familiares de la víctima, y otros han sido producto de la creación libre del director y del elenco. Este último (El elenco) se integró con adolescentes cuya edad promedio era de diecisiete años, residentes en su mayoría en un barrio popular de la ciudad de Tegucigalpa. El evento escénico (musicalizado en varias de sus secuencias) se presentó con gran suceso y por primera vez en el teatro Nacional de Honduras en los meses de septiembre y octubre de 1995.

En el teatro, arreglando el vestuario.

El texto intenta, por otro lado, en algunos apartes, recoger el lenguaje conversacional de los sectores mayoritarios de la población adolescente y urbana del país. 
Se ha hecho hincapié en que lo que se ve y oiga en el escenario este vinculado,  en la medida de lo posible, en su significación, al lenguaje simbólico gestado en el seno de la sociedad Hondureña. Es este un trabajo que no pretende revelar al espectador  aspectos desconocidos, lo que se intenta más bien es devolverle a través de los códigos teatrales un hecho que hace apenas 6 años conmovió a la opinión pública y el cual  corre el riesgo, como casi todo en el país, de quedar depositado en el almacén del olvido. El estreno de la obra “Creo que nadie es capaz de mentir o el caso  Riccy Mabel” se realizó el 7 de septiembre de 1995. 




Conjunto teatral juvenil barrio “El Manchen”



  • Jeanny Gálvez
  • Karina Gálvez
  • Miriam Elizabeth Cruz 
  • Martha Parada
  • Jose Mauricio Reyes
  • Isaac Cruz
  • Ricardo Parada
  • Catalina Nuñez  




Realizado en París por el artista plástico Francés: Vladeck



Posteriormente se integraron:

  • Jessy Mercedes Escaño
  • Margarita López
  • Jorge Pino
  • Irma Cruz.
  • Mirian Nuñez
  • Oscar Orlando Rivera.
  • Cecilia Pavon
  • Reniery Morel


  • CRÍTICAS Y COMENTARIOS:
      1. Adriano Corrales Arias (Costa Rica)
      2. "Mas allá del teatro" Helen Humaña
      3. "Ver y sentir" Jose Adan Castelar
      4. "El caso de Riccy Mabel" Rigoberto Paredes
      5. "Riccy Mabel en la Paz" Jose Gonzales
      6. "CREO QUE NADIE ES CAPAZ DE MENTIR" por Marta Susana Prieto de Oviedo
      7. Maritza Berlios
      8. YOUTH THEATER EXPLORES RICCY MABEL CASE By Ana Cecilia Membreño




RECONOCIMIENTOS Y CONSTANCIAS DE PRESENTACIONES REALIZADAS EN DIFERENTES CIUDADES Y COMUNIDADES DEL PAIS :




Ensayos en la casa del director: "Teatro la cantera"
Villa de San Juancito (Fco. Morazan)
















Ensayos en el Teatro Nacional "Manuel Bonilla" (Tegucigalpa)

Equipo técnico











VIDEOS

  •             secuencias de la narrativa escénica. Diferentes momentos y Tiempos (18 minutos) 






  •            Obra mas completa (104 minutos)
           Aclaración: Próximamente se proyectara otro vídeo en el que se utilizaron otros recursos técnicos.

"CREO QUE NADIE ES CAPAZ DE MENTIR O EL CASO RICCY MABEL" 
Vídeo Obra teatral presentada en 1995 y filmada en el teatro Nacional Manuel Bonilla, Tegucigalpa 1998.


    De como la “institucionalidad” trato de impedir la presentación o la burocracia Kafkiana tropical en uno de sus momentos


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