UN TEXTO EN HONOR A "JERONIMO" EN UN NUEVO ANIVERSARIO DE SU DESAPARICIÓN

INICIALMENTE EL TEXTO FUE PUBLICADO EN EL PERIÓDICO "EL LIBERTADOR" 

Daniel Gonzales (Jeronimo) en un ensayo del canto del fantoche lusitano 1976



Daniel (Jerónimo) Gonzales  

Semblanza (2011)

Rafael Murillo Selva

El lunes once de julio, por teléfono, Silvia me narro el hecho y me contó de su pena. Los recuerdos viajan y reviven imborrables momentos ligados a la vida de quien recientemente ha sido asesinado.
Se ha dicho que el recordar es volver a vivir (  o morir) pues bien, en  el momento en que escribió estas líneas, he aquí lo revivido:




I

Un adolescente huesudo y desgarbado quien ansiaba subirse al escenario y aprender a actuar se presento, un día, en la sala del teatro experimental universitario la merced” (TEUM) de Tegucigalpa. Eran los tiempos de la obra el Huracán fifí la cual en tanto creación libre y colectiva ofrecía espacio para quien quisiera participar El recién llegado, Daniel Gonzales, fue uno de sus intérpretes. Posteriormente se trabajo en otras piezas en las cuales el novel actor pudo mostrar su incisivo, delicado  y talento popular. Una de ellas “El canto del fantoche lusitano” lo marcaría para siempre. Este  texto, creación de quien fuera un profundo e inclaudicable marxista alemán, peter weiss, es una obligada referencia de lo que suele llamarse teatro documental y/o teatro político.


II



A requerimiento de su madre una tarde me encamine hacia el mercado los Dolores de Tegucigalpa en donde la señora atendía un puesto de ventas. Cabizbaja y De talante austero no alcanzaba a comprender del todo lo que estaba ocurriendo con su hijo:, “fíjese, don Rafael,que Daniel ha abandonado su oficio de sastre y le ha dado por encaramarse sobre su cuerpo trapos, sombreros (a saber de donde los saca) cruces y otra cosas extrañas. Se pasa horas y horas hablando, gritando, insultando (a saber a quién) y hasta grandes carcajadas se tira y todo ello en completa soledad. Estas cosas han terminado por alarmar a nuestro
vecindario de la colonia el reparto , hacen preguntas maliciosas, se burlan, calumnian y hasta dicen que mi hijo no es completo”.
Señora, le dije, lo que quizás sucede es que Daniel ensaya y construye el personaje que se le ha asignado en la nueva obra en la que estamos trabajando.Alzo su cabeza y entre admirada y temerosa pregunto: ¿será que Daniel dejara de costurar para meterse a esa cosa de payasos? No señora  respondí,  no es necesario dejar lo uno por lo otro, bien puede
n hacerse ambos trabajos a la vez y además  es conveniente que así sea. Al arribo de una clienta la señora  se ocupo de las ventas, nos despedimos y me lleve conmigo y para siempre el recuerdo de esa entrevista en la que se me quedo grabado el rostro de una madre incierta y preocupada por los inesperados pasos que en su vida adelantaba su inquieto hijo adolescente.


El caracter de Daniel se mezclaba lo jovial con lo radical y apasionado y no pudo o no quiso conciliar su antiguo oficio con el que le estaba naciendo y se lanzo por entero al encuentro del sentido profundo de su vida: se decidio por todo aquello que fuera o pareciera escena.

 Algún tiempo después el TEUM fue deshecho por quienes, en aquel entonces, consideraban a la universidad autónoma como un bien de su propiedad. Lanzaron intolerantes y dogmáticos machetazos contra el generoso y libertario Centro cultural llamado la Merced, el cual durante siete años (1972- 1978) se mantuvo en permanente creatividad.
En este empeño el compromiso y el trabajo de Daniel lo ocuparon a tiempo completo.



III

 Las y Los integrantes del colectivo teatral nos desparramamos y cada quien se enrumbo hacia su propio sendero. Fue entonces cuando cuerpo, canto, y guitarra se fundieron en un solo y emergente personaje, rara mezcla entre trovador y juglar de tiempo idos (no tan idos pareciera)
y el artista de los tiempos que corren, ese que compromete su arte, es decir su vida, y lo ofrece sin calculada generosidad a quienes se empeñan en edificar una sociedad menos cruel y purulenta como la que han tejido quienes manejan los hilos del poder global y parroquial.
 Para el naciente Canta –Autor el nombre con el que le habían bautizado no cabía con el nuevo ser que empezaba a nacer y es entonces cuando asume otro que alude a luchas y combates sociales como el del guerrero aquel conocido en la historia como “ El Indio Jeronimo”.  Lo que llega después se inserto ya en la historia. En afecto : no ha habido, durante décadas, protestasni movilizaciones en contra de  la
explotación “del hombre por el hombre” en los que no se alzara el sonido de unas parcas cuerdas de guitarra y no se elevara una voz, que aunque no tan sonora   tuvo siempre la contundencia de la verdad. En medio del tumulto, desgalillándose, esa voz nos enviaba letras de canciones que como balas salían disparadas en contra de los pocos y
´pocas desalmados y desalmadas que han convertido esta tierra , para las grandes mayorías, en un atroz infierno.



IV

Hace apenas unos meses, después de una vigorosa y catarquica movilización Del Frente Nacional De Resistencia popular invite a mi amiga Silvia a celebrar ese día magnifico en el santo y legendario lugar conocido como “El Bar de Tito aguacate”. Cuando aun nos  faltaba tiempo para consumir el primer “calambre” apareció nuestro juglar.
Flaco y desgarbado como siempre, con su lanza al hombro (la guitarra) había adquirido el semblante de un quijote a la hondureña. Lucia tierno y feliz, quizás pensé, por sentir que la utopía, el sueño y lo que suelen denominar lo concreto, se acercaban entre si para fundirse un una sola realidad En esta pequeña parcela de la tierra que es la nuestra, ese día , esa tarde, no eran cinco, ni eran diez, si no, contándolos bien, éramos miles y miles de hombres y mujeres quienes
alzábamos nuestro puño y nuestra rabia en contra de un orden económico social que desde hace varias décadas pudre y apesta al cuerpo de la patria o más bien de la matria.
Jerónimo  admirado por la singular belleza de mi amiga quiso mostrar, sin espavientos, sus naturales gracias y decidió revivir en vivo y en directo una escena del “Canto Del fantoche Lusitano” “representada por él 36 años antes. Se abrió espacio entre las mesas del bar, encontró trapos, trozos de madera y hasta un sombrero  (a saber de dónde lo
saco) y empezó;


"Mirad ese trasto viejo (el sistema que genero el colonialismo) Esa cabeza enmohecida llena de abolladuras 
Aveces bosteza 
A veces maúlla"................





Silvia,( corrida  en asuntos de arte )quedo más que extasiada, prendida del hombre y de su arte. Por mi parte, me asombro la prodigiosa memoria y la soberbia actuación que nos había regalado. En ese corto tiempo, durante el trance, jerónimo había vuelto a ser el Daniel del TEUM, el adolescente jovial que habia tocado las puertas del teatro cuarenta años atrás. Al terminar su faena  puso su guitarra al hombro, bebió una cerveza y se largo a alegrarle la vida a otros bares, quizá algo más tristes, aun, que el de Tito aguacate

. Gracias jerónimo, Daniel,  discípulo, amigo, colega, compañero,
¡hasta la victoria siempre!

12  julio, 2011

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