INTRODUCCIÓN
Entorno al montaje del Bolívar Descalzo
(Revista “ALERO” Universidad de San Carlos, No. 19, Ciudad de Guatemala, 1976)
Rafael Murillo-Selva
(Revista “ALERO” Universidad de San Carlos, No. 19, Ciudad de Guatemala, 1976)
Rafael Murillo-Selva
La
Fundación Colombiana de Investigación Folclórica me llamó a participar en un
proyecto ambicioso y original: por medio del teatro representar en plazas
públicas la historia de la guerra libertadora tal como el pueblo la ve, sin
apoyo de textos históricos, sin recurrir al “rigor” científico. La veracidad se
buscaría, en ese caso y preferentemente, en las narraciones que de generación
en generación se han venido contado las gentes.
De
esta manera, la tradición oral se convierte en fuente principal de consulta, y
en base a ella, se organiza “el cuento” y la estructura del montaje.
Esta
tradición se encuentra muy viva en las regiones campesinas de los Andes
colombianos. Los campesinos no sólo conocen con lujo de detalles los hechos de
la independencia, aún más, estos mismos forman parte de su vivencia cotidiana.
Bolívar y su tropa “viven” todavía en su imaginación. Es frecuente oírles
decir: “Aquí se sentó el Libertador”; “Allá Doña Casilda le entregó el caballo
blanco”; “Al lado de esta loma comió mucho “cuchucho de trigo” y se le puso mal
el estómago”, “En la plaza de Socha bailaron hasta el amanecer... Porque al
Libertador le gustaba mucho el baile, sabe”;
“En aquel sitio (exactamente), cayó herido un gran patriota y antes de morir dijo...”
“En aquel sitio (exactamente), cayó herido un gran patriota y antes de morir dijo...”
De
esta manera, los objetos, los ríos, las montañas y planadas adquieren tal
significación que se convierten en testigos de hazañas y proezas. Es, digámoslo
así, la historia escondida, la propia versión de los hechos, esa que en
ocasiones no coincide y hasta se opone a la de los textos.
Con
esta idea base, contando con la tradición oral como elemento clave para formar
la estructura narrativa, iniciamos los trabajos preparatorios del montaje.
El
primer problema a resolver fue el siguiente: Quienes interpretarían la obra?
Con qué elemento se formaría el grupo? Sobre ese punto señalé que lo razonable
sería que los mismos campesinos fuesen los encargados de contar y mostrar la
historia. La posibilidad de mi propuesta, sin embargo, fue puesta en duda. Los
organizadores del proyecto consideraban que los campesinos de esas regiones
(frías y altísimas) carecían de talento interpretativo. Se les pensaba duros y
cerrados. Envueltos en su ancestral mutismo, se decía, resultará difícil
hacerles actuar. A mi me pareció lo contrario. Pensé que esos pretendidos
defectos podrían, en el escenario, convertirse en excelentes cualidades. Tenía
la certeza que algo fuerte y diferente podía salir de esas silenciosas
vastedades del valle de Sogamoso. Insistí en hacerlo allí, con sus gentes, en
sus mismos lugares. Insistí nuevamente. Se aprobó. En el mero lomo de los Andes
se escogió a Tibasosa como sitio de trabajo y a los boyacenses como elemento
base del cuerpo de actores.
Caminé.
Un mes anduve de vereda en vereda, buscando y convenciendo. Con absoluta
franqueza expliqué el asunto y muchos campesinos aceptaron cooperar. Encontré
personajes portentosos; músicos ancianos que le “jalaban” a aires musicales del
siglo XIX, niños que conocían de memoria las proezas; mujeres de todas las
edades; gentes de oficios varios. Variedad de tallas y colores.
Don
Jesús, uno de ellos, es caso aparte: 70 años, narrador infatigable, con memoria
e imaginación descomunales, conoce paso a paso los más minúsculos detalles de
la historia desde el inicio hasta el fin, sin una coma de menos, pero con
muchos puntos de más. Se le contrató en principio como informante. Más tarde me
percaté que sus condiciones lo llevaban más allá de una labor informativa.
Resultó ser un gran “actor”, de esos que viven lo que cuentan a la manera
brechtiana. Don Chucho tiene “el corazón caliente y la cabeza fría”.
La
primera reunión se fijó para el 3 de noviembre. Contábamos con escaso tiempo.
Diciembre llegaba y con él las vacaciones. Valía mejor ir de prisa, urgía comenzar.
El
primer día, fue casi mortal. Llegaron treinta de todas las veredas. Silencio
absoluto, cabezas gachas, cuerpos comprimidos. Hielo y pudor. Qué hacer
entonces para comenzar? Cómo romper esa mudez casi asiática? Había que iniciar
un trabajo sin saber cómo ni por donde.
Se
dice que los boyacenses son las personas más introvertidas del país. Sus
cuerpos hieráticos son inauscultables y serenos. Qué hacer para que se
“expresaran”, si hasta para darse la mano se llenan de rubor? Algunos maestros
(Grotowsky, Buenaventura, Boal) nos tendieron la mano. Ejercicios físicos para
desarrollar la confianza y despedir la timidez.
El grupo, además de ser esencialmente campesino, era bastante heterogéneo. Los había de seis hasta ochenta años, mujeres cincuentonas, niñas púberes, algunos sordos y uno que otro salido de la clínica mental. No era tan fácil en esas condiciones establecer la comunicación.
Empezamos
por lo primero y lo primario: el cuerpo, la sensación. En ese momento lo
conceptual y retórico podía haber sido superfluo. Ninguna idea tomaría fuerza,
ninguna “conciencia” de trabajo sería posible, sin antes romper la barrera de
la piel. Tomarse de la mano, tocarse, imitarse, encaramarse, eso era lo
primero... y así lo hicimos. Se realizaron ejercicios que al inicio, la
“innata” timidez del campesino convertía en penosos esfuerzos de comunicación.
Sin
perder de vista que nos encontrábamos frente a una realidad peculiar, en esta
primera etapa se aprovecharon experiencias ajenas. Al fin de cuentas se trataba
de cuerpos modelados y encorvados por condiciones bien concretas. No era el
caso, pues, de “sacralizar”, o hacer de la expresión corporal un culto,
simplemente hacer del cuerpo un instrumento que por razones históricas precisas
adquiere una forma particular de expresión. Lo importante en este caso
consistía en ayudar a desinhibirlo y no tratar de formarlo. Partimos de la idea
que el cuerpo del campesino se expresara tal como es y no como lo hubiera
querido un técnico en expresión.
Se
iniciaron los ejercicios con excelentes resultados. Al desinhibir el cuerpo la
mente se soltó y brotaron las ideas. La risa y el placer del trabajo llegó a
las gentes. Se logró en cinco días lo que en otros grupos dura meses y hasta
años: La conciencia del trabajo común, el inicio del colectivo.
Lo
demás vino naturalmente. Se trabajaban hasta diez horas diarias y muchas
soluciones escénicas, prácticas y bellas, surgían del grupo. “Que mire doctor,
que al cura de la tropa le dio soroche y que el soroche es así”; “vea doctor,
la tropa durmió así en el llano y despertó de esta manera en el páramo” y dicho
y hecho, inmediatamente lo realizaban, lo actuaban, lo creaban. Poco a poco,
las escenas surgieron en forma de cuadros, retazos, que luego formarían la
unidad total.
A
medida que corría el trabajo preparatorio, don Jesús fue adquiriendo el rol
decisivo. Se convirtió en el centro de la pieza. Narraba, improvisando, lo que
acontecía o iba acontecer. Se le situó algunas veces en un escaño de cuatro
metros de altura, en diferentes puntos del espacio, y abajo o al lado, su
versión teatralizada del asunto. En esta forma, el tiempo pasado y presente se
refunden. Lo de ayer, de hecho, es lo de hoy.
Se
hizo énfasis en la vida diaria de la tropa, en las hazañas de ignorados
soldados, en el afán libertario de las masas, en su entrega, su heroísmo, en
resumen: la decisiva acción de los descalzos, sin cuya participación, olvidada
con frecuencia, no se hubiera desarrollado la historia. Las figuras de los
grandes generales, aunque aparecen continuamente, no resaltan en las diferentes
secuencias del montaje. Aparecen como el pueblo los ve: grandes hombres que
encarnaron aspiraciones colectivas. Nada más ni nada menos. Para la tropa
descalza, los generales son hombres de hueso y carne, humanizados, y por eso queridos
hasta el fondo. La tropa (el pueblo) acostumbra a reírse cariñosamente de sus
debilidades. A Bolívar, bailarín, mujeriego, se le quiere también por eso. A
Santander, férreo y solitario, se le respeta a pesar de que su almidonamiento y
bravura provocan muchas veces una ligera sonrisa. Y así los ven. Así los siguen
teniendo como guías para futuras hazañas.
Regresó Rafael Murillo-Selva, el motor de una bella experiencia teatral.
Colombia en Bogotá
Regresó Rafael Murillo-Selva, el motor de una bella experiencia teatral.
Colombia en Bogotá
Revista Proceso / México D.F. / 25 de Abril de 1988.
Comentarios, Criticas
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INFORMACIÓN PRENSA COLOMBIANA, MEXICANA Y ARGENTINA
Un éxito la presentación de “El Bolívar Descalzo”
Diario El Tiempo / Bogotá, Colombia - 24 Diciembre 1975.
A la hora del almuerzo (...) inició la representación de una obra de teatro anónimo sobre la campaña libertadora bajo el sugestivo título de "El Bolívar Descalzo" (...).
Cientos de personas atraídas por el sonar de los cuatros y las arpas llaneras que precedieron al espectáculo colmaron los alrededores de un extenso rectángulo formado por cordones de policías provistos de manilas, igualmente las graderías del capitolio nacional.
(...)Una banda de músicos boyacenses entonaba, de vez en cuando, una guabina o un bambuco, y las gentes aplaudían sin saber exactamente de que se trataba. Minutos después la voz de Zapata Olivella (....) "anunciaba por los altoparlantes que se iba a dar comienzo a la obra(...).
Caballos de madera, trajes típicos, lanzas rústicas, fogones encendidos, imitación de grandes personajes de la historia como Bolívar, Santander y Barreriro comenzaron a aparecer mientras un campesino colombiano, relataba en tono versificado lo que ellos conocen de la gesta libertadora según versiones orales de sus antepasados.
El Bolívar descalzo, para un nuevo teatro
Revista Oriente - Colombia - Marzo 1987. /Por Colombia Truque Vélez.
Por estos días el director teatral Rafael Murillo-Selva Rendón ha realizado en Bogotá y Sogamoso unas charlas sobre la obra de Bolívar Descalzo, contándonos sus experiencias en el montaje de esta pieza hace mas de once años, en 1975.
Colombia en Bogotá
Diario El espectador / Bogotá / 24 de Diciembre 1975.
Como un desarrollo de la exposición Colombia en Colombia, los integrantes del grupo "Teatro Anónimo Identificador" presentaron ayer al medio día una obra con el título de "Bolívar Descalzo" en la Plaza de Bolívar. Los integrantes del grupo, son en su mayoría campesinos boyacenses, tolimenses y llaneros.
Mañana se presenta El Bolívar Descalzo
Con actores y actrices sacados del pueblo se presenta mañana en la Plaza de Bolívar de Bogotá "El Bolívar Descalzo", obra anónima montada con las narraciones de los campesinos sobre El Libertador.
La coreografía es de Delia Zapata Olivella. En la gráfica se aprecia la primera presentación (...)
Un éxito la presentación de “El Bolívar Descalzo”
Diario El Tiempo / Bogotá, Colombia - 24 Diciembre 1975.
A la hora del almuerzo (...) inició la representación de una obra de teatro anónimo sobre la campaña libertadora bajo el sugestivo título de "El Bolívar Descalzo" (...).
Cientos de personas atraídas por el sonar de los cuatros y las arpas llaneras que precedieron al espectáculo colmaron los alrededores de un extenso rectángulo formado por cordones de policías provistos de manilas, igualmente las graderías del capitolio nacional.
(...)Una banda de músicos boyacenses entonaba, de vez en cuando, una guabina o un bambuco, y las gentes aplaudían sin saber exactamente de que se trataba. Minutos después la voz de Zapata Olivella (....) "anunciaba por los altoparlantes que se iba a dar comienzo a la obra(...).
Caballos de madera, trajes típicos, lanzas rústicas, fogones encendidos, imitación de grandes personajes de la historia como Bolívar, Santander y Barreriro comenzaron a aparecer mientras un campesino colombiano, relataba en tono versificado lo que ellos conocen de la gesta libertadora según versiones orales de sus antepasados.
El Bolívar descalzo, para un nuevo teatro
Regresó Rafael Murillo-Selva, el motor de una bella experiencia teatral.
Revista Oriente - Colombia - Marzo 1987. /Por Colombia Truque Vélez.
Por estos días el director teatral Rafael Murillo-Selva Rendón ha realizado en Bogotá y Sogamoso unas charlas sobre la obra de Bolívar Descalzo, contándonos sus experiencias en el montaje de esta pieza hace mas de once años, en 1975.
Colombia en Bogotá
Diario El espectador / Bogotá / 24 de Diciembre 1975.
Como un desarrollo de la exposición Colombia en Colombia, los integrantes del grupo "Teatro Anónimo Identificador" presentaron ayer al medio día una obra con el título de "Bolívar Descalzo" en la Plaza de Bolívar. Los integrantes del grupo, son en su mayoría campesinos boyacenses, tolimenses y llaneros.
Mañana se presenta El Bolívar Descalzo
Con actores y actrices sacados del pueblo se presenta mañana en la Plaza de Bolívar de Bogotá "El Bolívar Descalzo", obra anónima montada con las narraciones de los campesinos sobre El Libertador.
La coreografía es de Delia Zapata Olivella. En la gráfica se aprecia la primera presentación (...)
"El Bolívar Descalzo" obra teatral basada en la tradición oral de los campesinos colombiano
Revista Proceso / México D.F. / 25 de Abril de 1988.
Gustavo Vargas quién imparte una cátedra sobre Simón Bolívar en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, antes de que Murillo Selva iniciara su exposición en la misma facultad, explicó que contra la etapa de ostracismo y ninguneo que envolvió a las investigaciones sobre el procer después de su muerte, en la actualidad se están realizando un sin número de estudios científicos sobre el venezolano y sus ideas libertadoras (...).
(...)Después de la inauguración las sesiones magistrales serán iniciadas por el doctor Eduardo Nicol y le seguiran: Edmundo O`Gorman, Adolfo Sánchez Vásquez, Pablo Gonzales Casanova, Leopoldo Zea, Rubén Bonifaz Nuño, Luis Cardoza y Aragón, Juan José Arreola, Germán Carrera (Embajador de Venezuela en México), Luis Villoro, Fernando Salmeron, Augusto Monterroso, Carlos Solórzano y Sergio Fernández.(...)
En una segunda etapa participaran el propio director de Filosofia y Letras, Arturo Azuela, y el rector de la UNAM, Jorge Carpizo, asi como Antonio Alatorre, Alfonso Garcia Robles, Luis Gonzales y Gonzales y Victor Flores Olea. Para continuar con el proyecto a partir del primer semestre del año academico 88-89 explica Cesario Morales, se invitara a intelectuales como Octavio Paz y Gabriel Garcia Marquez(...)
(...)De ahí que en torno a Bolívar y por el deseo de encontrar formas para un teatro popular, Murillo-Selva aceptó internarse en los Andes Colombianos y entrar en contacto con un mundo "Considerado cerrado, hiératico", en el lugar donde se asentó la cultura chibcha. Entonces descubrió que había una tradición oral riquísima, inexplotada.(...)
Teatro Latinoamericano Actual: Ojo de la historia
Por Manuel Osorio / Revista Plural / México D.F. / 1978.
(...) Por distintas vías las preocupaciones teatrales han desembocado en el trabajo de producción colectiva; la necesidad de orientar la actividad hacia el rencuentro de la memoria popular de los hechos históricos, permite el mejor conocimiento del sentido profundo de la "Representación" en el teatro latinoamericano. (...)
Rafael Murillo ha efectuado una experiencia muy importante para el movimiento en su conjunto (...)
Uno más uno / México D.F. / 4 marzo 1988
En el salón 006 de la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (en CU), el doctor Rafael Murillo Selva ofrece una conferencia y presenta un audiovisual acerca de la investigación El Bolívar Descalzo, obra para teatro campesino que escribió a partir de la tradición oral de los pueblos y grupos étnicos de la región colombiana de Los Andes. La conferencia se inicia a las 11 horas.
Revista Novedades/Yucatán, México/ 30 agosto 1989
Gobierno del Estado - Instituto del Cultura de Yucatán - Biblioteca Central "Cepeda Peraza" invitan a la charla con audiovisuales de "El Bolívar Descalzo" / Miercoles 30 de agosto, a las 19:00 HRS.
Asociación argentina de actores / 7 mayo
Dos experiencias de teatro, Campesino latinoamericano (Colombia - Honduras) Proyecciones - Audiovisuales
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